Había oído hablar de ello, de el calvario que supone darse de baja en una compañía telefónica. Si, me lo habían contado, pero hasta que no lo estoy sufriendo "en mis carnes" no quería creermelo.
Imaginen que le hubiese parecido a nuestra abuela si un día cualquiera que decidiese comprar en la tienda de ultramarinos de la calle de al lado, y el dueño de la de su calle, en la que llevaba comprando toda la vida se lanzase a insultarla y amenazarla sin tregua, a la par que su mujer - esa que siempre estaba en la caja registradora - se turnase con él para ofrecerle el kilo de patatas por mucho menos que la tienda de la competencia, y así convencerla de su vuelta. Seguramente a ese tendero le hubiese llovido alguna que otra merecidisima ostia por parte de nuestro abuelo. Pues bien, hete aquí que ahora, indefensos de nosotros, no podemos darle una buena "somanta" al responsable de marketing de la compañia "que toque", por mucho que se la merezca.
En mi caso, hablamos de Orange, aunque podia ser cualquier otra. Doce años con ellos, primero con tarjeta y luego con contrato, con dos lineas. Ni una factura devuelta, ningún problema con nosotros. Poca atención por su parte, eso si. Regalos, ninguno, solo lo que nos correspondían por los puntos que toda compañía te va acumulando gracias a engordar sus arcas con tus llamadas.
Hace poco, comprobando previamente que teníamos finalizado nuestro compromiso de permanencia en ambas lineas, decidimos tantear el mercado, como todo hijo de vecino, en el uso de esas supuestas libertades de las que gozamos. Pero, oh ignorantes e ilusos de nosotros, decidimos comenzar por nuestra propia compañía: Orange. Llamamos varias veces a sus telefonos de atención al cliente pidiendoles una buena oferta, y siempre nos dan largas "Nos llamará uno de sus operadores". No se produce esa llamada. claro. ¿para que?. Solo somos unos muy antiguos clientes, fieles a la compañía durante doce años, que posiblemente estén tanteando, pero que finalmente harán como siempre, se quedaran con ellos.
Pero en esta ocasión nos da por seguir, y el resto de compañias...¡¡¡ SI que nos llaman !!!, claro. Movistar y su 1004, por ejemplo, se convierte en compañero inseparable de nuestras vidas durante este ultimo mes, desde que les pedimos información. Pero seguimos mirando y seguimos esperando a que nuestra propia compañía, los naranjitos, nos llamen. Estamos seguros de que nos llamarán, será que están un poco liados, ¡pobres!.
Finalmente, viendo que va a ser que no, nos vamos a "The Phone House", una tienda donde, al menos, te atienden personas humanas, de carne y hueso, y que no hablan diciendo "Informarle que..." o "Puedo ayudarle en alguna cosa mas, guey?", con voces totalmente robotizadas. Alli nos informan bien de las distintas opciones y teléfonos, y decidimos pasarnos a Yoigo, con unas determinadas condiciones - que no vienen al caso - pero que claramente nos interesan. Ellos se encargan de tramitar nuestra baja en la anterior compañía y alta en Yoigo, y nos aseguran que no tenemos que hacer nada mas.
Pues bien, de repente el monstruo de Orange despierta. En dos días hemos podido recibir 15 o 20 SMS cada uno en nuestro móvil. Ayer, sin ir mas lejos, recibo la llamada de una indignada operadora, sorprendida por nuestra decisión y porque yo no quiera escuchar su fabulosa oferta, que casualmente me quiere hacer ahora que tienen nuestra solicitud de baja sobre la mesa. Todo ello acompañado con la desfachatez de querer que le informe de mi tarifa contratada en la otra compañía, teléfono que me ofrecen, etc, datos que me niego a darle, porque ultimamente, mire usted, me ha dado por no querer darle datos personales el primer individuo que me llama a mi telefono (normalmente se los pido yo a él/ella, cosa que les jode tanto como les sorprende). Mi nivel de alucinación llega a altas cotas cuando me dice que "¿porque no la hemos llamando a ella antes". Me contengo para no decirle "porque no te conocía de nada hasta ahora, imbécil" o "a ti que narices te importan mis datos en la otra compañía". Me contengo, porque en el fondo aún me queda algo de educación. Pero se me va acabando, se me acaba, de verdad.
Al poco tiempo recibo un SMS insistiendome en que vuelva a llamar, para contactar con mi "asesor personal en Orange". ¡¡¡Ostias!!! ¡¡¡ Que tenia un asesor personal, y yo sin saberlo !!! Manda cojones, señores de Orange. Con lo que hubiese presumido yo en la oficina con mi "asesor personal". Hasta podría haberle pedido que me entrenase un poco, a ver si pierdo un poco de barriguita, o que me recomendase alguna inversión en bolsa.
Paralelamente, mi mujer , ademas de las mismas llamadas, recibe en su móvil algún que otro SMS amenazante, advirtiéndole que seremos sancionados ¡¡¡con 170 euros!!! por no respetar la permanencia - si, esa permanencia que nos cumplió hace meses- , mezclados con otros en los que nos dicen que tenemos que llamarles para confirmar nuestra portabilidad. Ya sabíamos que no había que hacerlo, pero estos "hijosdelagranputa" hasta te hacen dudar. Continúan los SMS´s, y en un momento dado ya comienzan a advertir que llamemos de nuevo, que la oferta que nos van a hacer es INCREIBLEMENTE mejor que la de Yoigo. Ya saben tambien a que compañia nos vamos, mira tu. Ese es el momento en el que me gustaría meterles la Ley Orgánica de Protección de Datos por el culo, lo que pasa es que...no se exactamente donde tienen el agujero.
Nada que ver con los señores de la compañía de rojo, en cuyas filas me cuento desde hace más de una década. Gozan llenando mis siestas y tiempos muertos con peticiones eternas de verificación de datos, ofertas con tarifas de pronunciación imposible y facturas dignas del humor de José Mota: Me cobran de más, pero al merme...
ResponderEliminarGracias por reflexionar y por escribir
Es curioso, pero a mí me pasó exactamente lo mismo con Vodafone, para quien yo era "cliente platino", pero ya ves tú el caso que me hicieron... Qué podríamos hacer, de verdad? No podemos organizarnos y hacer cadenas de esas que podamos frenar estos abusos o petición de firmas? No sé... gracias, Ramón, por compartir la cólera que los demás nos tragamos y va directa a nuestros hígados.
ResponderEliminarUn abrazo.